La comarca del Baix Empordà (Girona) es mi segunda casa. Allí paso todo el tiempo que puedo y nunca me canso de sus playas y calas, de sus magníficas ruinas (Ullastret, Empuries), de sus paisajes y de sus pueblos de interior. Entre estos a los pueblos destacan algunas joyas fantásticamente conservadas como Pals, Peratallada o Monells. Pero además de estos Top 3 existen otras poblaciones maravillosas alejadas de los tumultos que llegan a pueblos como los que os comentaba antes. Una de estas pequeñas joyas es St. Feliu de Boada. Pequeño, conservado, con encanto... y con un restaurante estupendo: Can Dolç.
Can Dolç posee una ubicación única. Junto a la preciosa iglesia dispone de una terraza con las mesas más deseadas durante los meses de verano. Pero su interior también es muy acogedor.
En cuanto a su carta, se trata de cocina típica catalana pero muy cuidada, con execelentes materias primas y un precio inmejorable.
Aquellos que paséis vuestras vacaciones cerca no dejéis de ir... Eso sí... llamad antes para reservar... En caso contrario lo más fácil es que tengáis que ver con envidia como los previsores disfrutan su cena bajo la atenta mirada de la iglesia de estilo gótico tardío.
Aquellos que paséis vuestras vacaciones cerca no dejéis de ir... Eso sí... llamad antes para reservar... En caso contrario lo más fácil es que tengáis que ver con envidia como los previsores disfrutan su cena bajo la atenta mirada de la iglesia de estilo gótico tardío.
Can Dolç
St. Feliu de Boada
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